jueves, 4 de abril de 2013

Sin casco no hay caballo II

Como ya destacamos en la entrada anterior (ver: Sin casco no hay caballo)es muy importante mantener en buen estado los cascos de nuestro caballo, pues una pezuña demasiado larga, una herradura mal puesta, o incluso una simple piedra encajada en la ranilla puede provocarnos grandes quebraderos de cabeza posteriormente.
Cuando un casco sufre un crecimiento excesivo, la pezuña se vuelve hacia arriba, provocando que el animal cargue el peso sobre sus talones, alterando así el equilibrio del casco, arreglar este tipo de problemas puede llevar bastante tiempo. Además, el crecimiento del casco puede provocar que los remaches de los clavos de la herradura sobresalgan, convirtiéndose en un peligro para el caballo, puesto que podría provocarse una herida con ellos y perder la herradura.
También es importante la limpieza de los cascos, con ello evitaremos que las piedras que puedan quedarse atascadas en él produzcan daños en el casco, dolor o cojeras. Para ello, podemos emplear un instrumento llamado limpiacascos, que consiste en un gancho de metal que a veces viene acompañado de un cepillo que se utiliza para limpiar la suciedad
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